Furia Carnal (preliminares)

-Ellos apagaron juntos el candil. Entes en la oscuridad, brillantes cuerpos flotantes. Está la neófita, como una mantis, cautivada, al primer contacto bautizador. El fervor que se ha producido con la preparación de los torsos está casi terminado. Trémulo el espíritu de la aprendiz, su piel está erizada en la plena noche, tantea cada movimiento paulatinamente. Fisgan como tarántulas los dedos fríos del encantador, rompiendo el hieratismo fantasmagórico del fantasma, dando lugar al fenómeno venidero, que proyecta tras el cuarto de luna, en sí, una sombra peligrosa.

(Silencio)

-La habitación por la que ahora merodean las luces, cadáveres de la rueda, olfatean a los individuos, pues hay un nuevo huésped, no muy adecuado a su gusto. Como si la causa de esta hubiera sido una infección, las paredes dejan de ser de hormigón para ser nada más que cristal translúcido.


(Silencio)

-La noche ha llegado, desnúdate y coloca tus guantes encima de la mesita de noche.


(Silencio)

-Él, impaciente yace a la espera, cautivado por los fuegos resplandecientes que algún día evocó la luna, y depositó sobre ella. El ciclo se cierra, una vez más el tiempo queda enfrascado en toneladas de saliva y fósforo...

-Joder, cállate. Y mírate. ¿Qué pretendes hacer ahora?,¿Quieres jugar a este maldito juego de rol otra vez?
-Estoy cansado de oír tanto silencio y de ver tanta ropa siempre. ¡Siempre!
-Pareces un estúpido neurótico, vuelve a tu cueva de la retórica y la poética y déjame dormir.
-Eres como todas las demás ¡mucho escote y poco cerebro!
-Y tú pareces un simio encoñado con un casco de astronauta. ¡Qué es mucho peor!
-No sabes lo que dices, todo lo que parloteas no son más que vulgaridades e idioteces. ¡Tan hermosa y a la vez tan tonta!
Ella enciende la luz e introduce gracilmente un puñetazo en sus testículos, contoneandose como un gato monstruoso, él se retuerce de dolor y agarra sus muñecas con las manos. Ella se acerca a su boca como una vipera aspis hasta que, esa víbora, esa mantis que se metaforseaba continuamente en diferentes criaturas, arrastra sus dedos pegajosos por la faz del maestro con verborragia, aturde sus reflejos con los ojos. Mirada perturbadora y perturbada. Agarra el candil y...
                                
 "Crac" 
(Sonido sórdido sonido)      

-¡La noche ha llegado, he aquí mis fuegos resplandecientes!

No hay más luces, ni cadáveres, ni nuevos huéspedes. Vómitos calientes, lagartijas transparentes, lombrices, manojos de pelos sueltos por la cama.Ya no. No hay más luces, ni cadáveres, ni nuevos huéspedes. Ya... Ya no.


Comentarios

Entradas populares